
y quisiera gritar tan fuerte para expulsar de mi alma y mente
toda la podredumbre que me ahoga,
pero es tanto el peso que hay sobre mi pecho
que sucumbo a su inmundicia,
con desesperación acepto que he nacido libre,
y sin embargo, ahora me encuentro encadenada por doquier,
el bien y del mal se debaten dentro mío,
la parte animal gañita como el cancerbero al ahorcarse
con esa la cadena que ilusamente llamamos sociedad,
la parte racional emerge victoriosa aunque sabe que será alimentada
con la conocida ponzoña del fastidio,
esa misma que me hace gritar en cada batalla:
¡Vida, aun me debes tanto, vida aun no estamos en paz!
Fotografía: http://eternal-salvation.deviantart.com/
1 comentario:
Amiga querida:
Yo no sé si hay algo extraño en el ambiente o qué demonios, pero a últimas fechas yo también comparto este sentimiento que tan acertadamente has puesto por escrito.
Te mando un abrazo solidario con mucho cariño.
Besos.
Publicar un comentario