"En el fondo soy una buena chica. Pero también puedo ser una bruja. Soy una persona muy perfeccionista y tengo que soportar mucha presión. A veces, cuando quieres conseguir algo no tienes más remedio que ser una auténtica bruja". (Madonna)

Adiós... Te quiero.




Hace unos días vagando por la web, encontré este video. Mi reacción inmediata fue de añoranza, mientras una emoción añeja sé apoderaba de mi pecho.

En el verano de 1984, tenia yo 15 años recién cumplidos, una vida perfecta en el lugar perfecto. El oír las primeras notas de esta canción me remontó a esa época maravillosa, en mi primer baile de largo con una orquesta estupenda y gente vestida de blanco y negro divirtiéndose de lo lindo. Posiblemente no recuerde nada mas de ese evento, pero lo que tengo presente como si fuera ayer, es la imagen de él con su traje negro, intachablemente peinado y luciendo una sonrisa satisfecha.

Recuerdo haber llegado al salón con mis padres y haberlo visto desde la entrada, irremediablemente guapo y muy bien portado, sentado junto a una de sus hermanas y sonriéndome desde su lugar.

Cuando la orquesta comenzó a tocar esta melodía se encamino a mi mesa y le pidió a mi papá permiso para bailar conmigo… me temblaban las piernas y me dolía la cara al sostener en ella la sonrisa mas grande que podía esbozar.

Bailamos como si fuéramos partes separadas de un todo, perfectamente sincronizados, consientes de la gente que nos veía pero procurando siempre mantenerlos ajenos a nuestro extraordinario mundo de amor.

Los recuerdos tienen un efecto poderoso, hoy por hoy casi puedo sentir su aliento en mi cuello y su mano firme sobre mi cintura, recuerdo su voz suave mientras canturreaba la canción en mi oído y las mariposas que dueñas y señoras de mi estómago revoloteaban a sus anchas.

Estuvimos juntos muchos años, años perfectos e irrepetibles, éramos muy jóvenes y nuestro amor en aquel entonces era equitativo y desinteresado, soñábamos una vida en común pero nunca contamos con que tal vez no era nuestro destino estar juntos.

Ese fue mi primer amor. Me costó mucho trabajo ser feliz lejos de él y sé que también él pago su respectiva cuota de dolor al vivir lejos de mí. Hemos coincidido en algún lugar con nuestras respectivas familias; nos saludamos con entusiasmo y compartimos una sonrisa cariñosa junto con millones de recuerdos que más que volvernos amigos nos vuelve cómplices.

Al final solo podemos pronunciar esas tres palabras cortas, pero tristes de decir: Adiós… Te quiero.

Mi hermana perdida me pregunto que como era posible que recordara todo eso después de tantos años… mi respuesta solo puede ser ¿Cómo no acordarme?

¡¡Hagamos el amor, no la guerra!!

Dylan

2 comentarios:

Valerie Sensei dijo...

Hay un dicho que dice: "Recordar es vivir".

Definitivamente, momentos como esos no se pueden borrar jamás de nuestra memoria. Todo lo contrario, siguen ahí en alguna parte escondidos esperando el momento justo para aflorar.

Muy lindo, amiga!

Anónimo dijo...

Tu vestido parecia azul con las luces yo se que lo hiciste aproposito, pero no necesitabas hacerlo de todos modos te iban a voltear a ver. parecías una muñequita de esas que mi madre guardaba en su trinchador. lo mas dificil de verte es decirte adios de nuevo. ¿cuanto tiempo hace que no nos vemos? ¿dos, tres años? ¿te acuerdas lo que paso despues del baile?
Olga me mando la direcion de tu blog, supongo que a ella tambien le trajo buenos recuerdos, aunque se que hablas con mi hermana ella nunca me dice cuando lo hacen.
nos vemos