"En el fondo soy una buena chica. Pero también puedo ser una bruja. Soy una persona muy perfeccionista y tengo que soportar mucha presión. A veces, cuando quieres conseguir algo no tienes más remedio que ser una auténtica bruja". (Madonna)

Fugacidad

A continuación, si no han tenido la oportunidad de leerlo, les dejo el enlace para que lean la primera parte: Eternidad



De donde provenía, estaba censurado todo tipo de contacto entre hombres y mujeres. La confederación había logrado la eternidad de los seres humanos, a través de la eliminación del sexo. Por lo tanto, ya no era necesario que las mujeres quedaran embarazadas.


Al principio, hubo resistencia. Los seres humanos “ultra civilizados” se negaban a dejar de tener relaciones sexuales. Con un régimen lo suficientemente severo, fue sólo cuestión de un par de siglos para erradicar por completo el instinto “primitivo”.


Adán era uno de aquellos que buscaba la manera de practicar lo censurado. Pasó mucho tiempo en busca de la oportunidad y de la mujer que también quisiera cometer el crimen sexual. Pero juró con violencia no volver a considerar la posibilidad de tener sexo con ninguna mujer, ya que la fémina con la que había acordado intentar tener sexo, lo entregó al sistema galáctico confederado. Era una espía.


De esta manera, Adán termino solo en el planeta virgen y deshabitado, el cual llamó Tierra.


Pasó aquel eterno, varias décadas recorriendo un mundo totalmente nuevo para él. Encontró muchas especies vivas, pero ninguna parecida a la suya. A todas le dio su nombre, y se sintió satisfecho de tener ante él un mundo el cual no era regido por nadie. Entonces, se sintió dueño y señor de todo lo que se le presentaba a sus ojos.


Una de esas noches que observaba silente, recostado sobre el pasto húmedo, la gran multitud de galaxias (algunas ya conocidas), vio como un objeto bajaba raudo. De primera instancia, le pareció un cometa que se escapaba infelizmente a su nuevo planeta. Cayó muy cerca de donde estaba, ocasionando un ruido ensordecedor. Camino varios días hasta que dio con el objeto. Miro incrédulo, pero estaba casi seguro que era una pequeña nave espacial. Enseguida escuchó una voz femenina que hablaba en un dialecto poco común, pero conocido por él.


La fémina se llamaba Eva. Su nave se había desprogramado y terminó estrellándose en aquel planeta inhabitado. Sin posibilidades de volver al espacio, por el daño que tenía la nave, Eva decidió quedarse a vivir allí. En el poco tiempo que estuvo explorando el planeta, pensó que era un lugar muy hermoso, con colores jamás visto. El ecosistema era único en su especie. Nunca vio otro lugar a pesar de haber recorrido tantos sistemas en sus cortas quinientas primaveras.


Después de convivir varios lustros juntos, un día llegaron a un hermoso lugar. Era una pequeña colina con un árbol milenario. Miles de frutos colgaban de sus ramas, centelleando con diversas tonalidades doradas. A Eva se le hizo apetecible y quiso probar el fruto tentador. Por el ancho tronco, se deslizaba una serpiente que miraba atentamente a Eva.


Después de pensarlo un rato, ésta tomó un bocado de aquel fruto y todo el panorama cambió. Se fijó en Adán, se le hizo apetecible su cuerpo. El deseo por tenerlo cerca era una sensación jamás antes vivida. Cada rincón de su cuerpo pedía a gritos tener contacto con él. De modo que, Eva le ofreció la fruta y éste la aceptó ingenuo. Inmediatamente, sintió los mismos deseos de Eva. Sintió despertar ese instinto tan censurado y que en alguna ocasión lo llevara a cometer varios crímenes por lograr la copulación. Sin embargo, una sensación de odio lo llevo a detenerse antes de acercarse a la mujer que se le presentaba enfrente. Recordó aquella mujer que lo entregó y por lo cual estaba allí, por toda una eternidad.


Por otro lado, pensó en la posibilidad de tener sexo. ¿Qué malo podría pasar? Eran ellos dos los únicos habitantes de ese planeta. No volvería a caer ante un sistema judicial galáctico. Allí era dueño y señor de todo lo que estaba frente a sus ojos.


La urgencia que tenía por tener contacto sexual lo llevó a olvidarse de sus pasados prejuicios. La pareja se amó como lo hicieron alguna vez los primeros civilizados. Y en el momento justo que Adán tuvo su orgasmo, se dio cuenta de lo feliz que fue por un instante. Y en ese mismo instante, se dio cuenta que su eternidad se había convertido en mortalidad. Su vida pasó ante él como un rayo de luz…. También su vida terminaría fugazmente.

3 comentarios:

Anna Ge dijo...

Vale!!!

Me gusta mucho, sigue por favooooooooooor quiero saber sobre los dos engendros que tuvieron!! dime que lo vas a seguir!!!!!

Lady Mara Grandchester dijo...

Wow Vale, sigo a la espera de la continuación...

Anónimo dijo...

Realmente esta bueno este post, aunque el final no me quedo muy claro.
Como dicen los demas, esperamos la continuacion.

Saludos desde Japon.