"En el fondo soy una buena chica. Pero también puedo ser una bruja. Soy una persona muy perfeccionista y tengo que soportar mucha presión. A veces, cuando quieres conseguir algo no tienes más remedio que ser una auténtica bruja". (Madonna)

SOBRE EL ABORTO - Por: Armando Fuentes Aguirre (Catón)

Si del debate sobre el aborto se quita toda la palabrería, las argumentaciones, las sutilezas legaloides, los sofismas, se llegará al final a un hecho evidente e incontrovertible: el aborto, consumado en cualquier tiempo a partir de la concepción, entraña la supresión de un ser humano; de un cuerpo que -por pequeño que sea, aun invisible- pertenece a una persona nueva, distinta a la persona de la madre.

Dicho de otra manera, el aborto entraña la supresión de una vida con todas las infinitas posibilidades que una vida tiene; de un destino que se puede prolongar indefinidamente en un futuro que desconocemos.

El tema se presenta como un conflicto entre los derechos de la mujer y de aquello que en modo torpe, estólido, es llamado "el producto". No es un producto: es un ser humano; un niño o una niña que aun en las etapas iniciales de su desarrollo contiene ya todos los elementos para alcanzar su plenitud.

La lucha entonces se vuelve desigual: la madre tiene todos los derechos -incluso el de decidir sobre la vida y la muerte-; el hijo queda en estado de indefensión ante ella. Y sin embargo el conflicto es más aparente que real. Esto es cuestión de educación y de sentido de responsabilidad. La mujer y el hombre tienen ahora a su alcance una enorme variedad de medios para evitar el embarazo.

La Iglesia Católica incurre en extremismo cuando pretende impedir el uso de esos métodos anticoncepcionales. Muchas veces el aborto no es sino remedio a un descuido o negligencia. Se mata a un ser humano porque a mamá se le olvidó tomar la píldora, o porque papá no se puso condón. Desde ese punto de vista, en el momento en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación consagra el aborto favorece la inconsciencia y anula la conciencia; alienta la irresponsabilidad en lugar de promover la educación; en síntesis, se pone del lado de la muerte en vez de decidir en pro de la vida. Porque tal es el fondo del asunto.

Se pueden hacer a un lado los temas de la moral social y del derecho, tan relativos, cuyos parámetros cambian con los tiempos. Lo que no se puede soslayar es el valor de la vida. Ciertamente el tema del aborto es complicado; decirlo es obviedad. Pero en este siglo de progresos médicos en que un embarazo no deseado es sólo resultado ya de una imprudencia -a menos que se trate de una violación-, optar por la aniquilación de un ser humano que no tiene ningún medio de defensa se antoja una cruel sentencia de muerte aplicada a un inocente.- AFA. Saltillo, Coahuila, México.

5 comentarios:

Anónimo dijo...
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Valerie Sensei dijo...

Mara, qué bueno está el artículo que traes. Realmente es un tema bien delicado, pero como bien dice "en este siglo de progresos médicos en que un embarazo no deseado es sólo resultado ya de una imprudencia".

Mientras tanto, los gobiernos se siguen haciendo los sordos y ciegos, y dejan que la juventud avance sin una tan merecida educación sexual, sólo por cuestiones morales o religiosas.

Anna Ge dijo...

Catón es la onda. Muy hijo de la ultraderecha, pero tiene los dedos, manos o boca llenos de razón.

Mientras el pro-choice signifique pro-estupidez por no protegerse, nunca podremos debatir bien sobre este asunto.

Anónimo dijo...

Super interesante lo que subiste Mara.
Por que en realidad es esa la mentalidad que se tiene hoy en dia del aborto...el descuido o la falta de informacion. Produce casi la mayoria de los embarazos no deseados.
Saludos desde Chile!!!!!

Anónimo dijo...

Una voz discrepante de casi toda la intelectualidad mexicana.
Una bocanada de oxígeno.
Gracias, admirado amigo Catón (usted no me conoce pero yo sí a vos).
http://noticieromexicano.blogspot.com/